martes, 25 de enero de 2011

Karl Marx fue un parásito burgués

Hay cosas que no logro entender, pero esta no es una de ellas. Un obrero explotado está demasiado preocupado en sobrevivir como para ponerse a pensar, organizar e impulsar un movimiento obrero como el marxismo. Karl Marx era un burgués, al igual que su discípulo Engels; pero además, según este interesantísimo artículo, era "un vago, un caradura, un ser irascible, egoísta y desalmado".

Karl Marx, rebautizado Carlos en España por no se sabe bien qué razones, se pasó la vida pidiendo dinero prestado para no devolverlo jamás. Fue el arquetipo elevado al cubo de lo que él denunciaba: un vago, un caradura, un ser irascible, egoísta y desalmado que vivió, literalmente, a costa de los que le rodearon durante sus 64 años de vida.



   Tras el célebre retrato que John Mayall le hizo en Londres allá por 1875, algo se atisba: muestra un hombre con barba muy poblada pero anárquica, medio negra medio cana, que sube por los lados de la cara, tapando las orejas, hasta llegar al pelo, con el que se funde en un amasijo greñoso y descuidado. Aunque lleva una levita limpia bajo la que esconde la mano, el retratado no parece un sabio, sino un mendigo al que algún alma caritativa, por alguna razón difícil de explicar, ha decidido inmortalizar.

   Y no, la suya no fue una pose contestataria precursora del perroflautismo contemporáneo: eso de ir hecho un guarro para hacer méritos revolucionarios no se puso de moda hasta 1968; Marx era tal cual: tenía auténtica fobia al aseo personal. Tanta, que terminaron por salirle purulentos forúnculos por todo el cuerpo: en la cara, en la espalda, en el trasero y hasta en el pene. Se quejaba amargamente de ello en sus cartas, y esperaba -escribió por las mismas fechas en que andaba componiendo la primera parte de El Capital... con el trasero hecho cisco- que la burguesía, mientras existiera, tuviera "motivos" para recordar sus forúnculos.

   Su escaso apego por el aseo se juntaba con su desmesurada afición a la bebida, el tabaco y la vida nocturna. Pasaba las noches en vela discutiendo con unos y con otros para luego, ya de amanecida, recostarse sobre un sofá y dormitar todo el día. Luego, si estaba de buenas se metía en la biblioteca, donde consultaba libros y periódicos para ir apuntalando las tesis... que ya traía fabricadas de casa. Con un estilo de vida semejante, lo último que podía hacer era ganarse el pan honradamente.
   La pregunta que asalta al curioso es cómo él, un simple filósofo alemán exiliado en Londres sin más patrimonio que su pluma y con una familia que mantener, pudo vivir así tantos años. Simple: pidiendo prestado y procurando, a la vez, no atender los vencimientos de pago. Gracias al inmenso archivo epistolar que se conserva, y que ha sido estudiado en infinidad de ocasiones, se calcula que Marx disfrutó de una renta media de unas 200 libras anuales, es decir, tres o cuatro veces lo que ganaban los obreros ingleses, a la sazón los mejor pagados del mundo. Traducido a las circunstancias de nuestro tiempo y lugar, estaríamos hablando de 80 ó 90.000 euros brutos al año. Y todo por no hacer casi nada. Jamás hubo de enfrentarse al mercado y satisfacer las necesidades de otros mediante el trabajo, que es lo que exige el sistema capitalista. ¿Explotación? Nada: esa es una vaina que aireó Marx tras birlar la idea a Jean-Pierre Proudhon y a Johann Rodbertus. Este último le acusó de plagio, y Engels hubo de acudir en socorro de su amo. Con éxito: de Marx se sabe mucho y del infeliz de Rodbertus, nada.

   Su primera fuente de ingresos fue su propia familia, que vivía holgadamente en la ciudad alemana de Tréveris. El padre, Herschel, un competente abogado judío, se había convertido al protestantismo para prosperar en la vida e integrarse en la sociedad prusiana. La madre, Henrietta Pressburg, era holandesa, hija de un rabino y buena paridora de 8 vástagos, a los que no les faltó de nada. Por esa razón el joven Karl pudo estudiar en la universidad y convertirse luego en el perfecto ejemplar de revolucionario de salón. Nunca visitó una fábrica, un taller, ni siquiera una imprenta. En una ocasión su amigo Engels, magnate del textil con intereses mercantiles en Inglaterra, le invitó a visitar un telar de algodón, pero él, hecho a las comodidades de la ciudad y a pasar la tarde en la taberna, declinó la invitación. Parece mentira, pero es así: el emancipador del proletariado muy pocas veces vio a un proletario con sus propios ojos.
   Durante años, hasta bien entrado en la edad adulta, vivió de sus padres. Recibía un estipendio periódico, que reclamaba ofuscado por carta si no le llegaba a tiempo. Al morir su padre, en 1838, tomó su parte de la herencia -la respetable cantidad de 6.000 francos de oro- y se la gastó íntegra. Lo mismo haría al fallecer Henrietta, aunque ahí tuvo que conformarse con menos, ya que había ido pidiendo anticipos a la parentela holandesa.

   Finiquitada la ubre paterna, y ya de romería política por Europa, se especializó en desvalijar a los amigos y a los militantes con que iba topando por los clubes de exiliados alemanes, de donde procuraba no salir sino lo imprescindible, no fuese a ser que tuviera que aprender un nuevo idioma o integrarse en un país distinto al suyo. Por lo general, lo que pedía no lo devolvía. Buscaba las excusas más insospechadas para escaquearse; algunas de ellas ciertas, como el argumento de la numerosa prole que trajo al mundo junto a su esposa, Jenny von Westphalen.

   Económicamente hablando, Jenny tampoco era manca. Hija de un barón prusiano -de ahí el von del apellido-, recibió una generosa dote al casarse y, luego, continuos préstamos de su familia. Pero los Westphalen se iban muriendo, y la fuente, consecuentemente, secándose...
   Cuando en casa no había ni para comer ni forma de recurrir a los prestamistas de confianza, los Marx recurrían al mercado crediticio ordinario, es decir, al usurero de la esquina, que siempre han existido porque siempre ha habido manirrotos como el autor de El Capital. Pero incluso los auténticos profesionales del riesgo evitaban al matrimonio en los peores momentos de éste. En 1850, el casero les puso en la calle con cuatro niños y todos los muebles, que tuvieron que empeñar para liquidar las cuentas de la carnicería y la panadería. Entonces se acogieron a la beneficencia. Su pequeño hijo Guido murió aquel invierno de frío siendo un bebé.
   A pesar de los contratiempos, Marx no tenía intención de cambiar. "Lleva una vida de intelectual bohemio -se lee en un informe redactado por aquellos días por la policía prusiana, que le seguía los pasos-. Pocas veces se lava, se acicala o se cambia de ropa, y a menudo está borracho. No tiene una hora estipulada para irse a la cama o levantarse por la mañana. A menudo se pasa la noche en vela y al mediodía se tumba en el sofá con la ropa puesta, donde duerme hasta la tarde. Cuando entras en la habitación de Marx, el humo y las emanaciones del tabaco hacen llorar los ojos... Todo está sucio y cubierto de polvo, y sentarse se convierte en una tarea peligrosa". Una joya de hombre.

   A Marx le salvó su amistad con el ricacho Engels, al que sangró a modo. Durante cuarenta años, el multimillonario del textil estuvo dando dinero a Marx, al principio como apoyo para que se dedicase a escribir libros y luego, a partir de 1869, ya de modo formal: le hizo beneficiario de una asignación vitalicia.

   Teniendo en cuenta que, por aquellas mismas fechas, Engels se había retirado del negocio, asegurándose antes una buena pensión de jubilación, su amigo Marx se convirtió en el rentista de un rentista. Las dos mentes más preclaras del socialismo, los padres de El Capital, fueron unos rematados rentistas, figura que sólo fue posible en el siglo XIX gracias a la extraordinaria prosperidad que había forjado el capitalismo. Una paradoja y una verdad ligeramente incómoda... que no todos están dispuestos a reconocer.
Fernando Díaz Villanueva

16 comentarios:

  1. "rebautizado Carlos en España por no se sabe bien que razones".
    Ioanne Paulo II, Giovanni Paolo II, Juan Pablo II...;
    Elisabeth II, Isabel II...
    Louis XIV, Luis XIV,...

    La razón parece bastante tradicional, aunque ya no se suela decir Guillermo Shakespeare, era común hasta hace bien poco:
    http://books.google.es/books?id=wRmwxz9rmTwC&printsec=frontcover&dq=Guillermo+Shakespeare&hl=es&sa=X&ei=WTD9T7_kOOam0QX334z1Dw&ved=0CEoQ6AEwBA#v=onepage&q&f=false

    Me temo que el mismo tipo de ignorancia ("no sé bien qué razones") es lo que hace que lo que cuenta en el texto, bien conocido por cualquier biógrafo de Marx, se convierta en una "verdad ligeramente incómoda".

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  2. Hola, Anónimo.

    No estoy muy de acuerdo con esa parte del texto. Por lo demás lo considero muy interesante y digno de ser divulgado, porque el hecho de que sea conocido por los estudiosos de Marx no quita que la gente común no lo conozca y que estos "detalles" de su vida no sean relevantes para entenderle, sobre todo habida cuenta de la importancia de su figura en la historia contemporánea.

    Un saludo.

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  3. Fernando Díaz Villanueva futuro tertuliano de Corazón corazón histórico. Quiero ver más artículos de este hombre poniendo patas arriba de manera verdulera a viejos emblemas históricos.....

    Esto tiene el mismo rigor que el programa del Partido Popular.

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  4. Hola Anónimo.

    Si el artículo te ha parecido poco puedes dirigirte a la biografía de Karl Marx de la que el autor saca toda su información, seguro que allí tus afanes de pruebas y argumentos son completamente satisfechos.

    Mientras tanto, descalificar a alguien por no ser riguroso siendo tú mismo igual de riguroso en tu crítica es, como poco, contraproducente.

    Un saludo.

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  5. Es bien sabido que, salvo breves momentos de su vida, en los que realmente no contó con oficio ni beneficio, Marx gozó de una confortable vida burguesa gracias, sobre todo, a las suculentas donaciones procedentes de Alemania y a su amistad con Engels, quien heredó la fábrica de su padre. Esto, no obstante, no quita mérito a la obra de este buen estratega y mediocre filósofo como lo define Albert Camus en "El hombre rebelde", pero si lo hace indispensable a la hora de interpretarla.

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  6. importa un culo su vida personal,quien fue entonces bakunin y otros borrachos vagabundos que desarrollaron ideas bastante consecuentes, lo importante es lo que logro, lo que plasmo en el papel, que aunque no soy comunista, esta muy completo y bien argumentado, es un estudio muy congruente sobre el capitalismo, una implicacion bastante grande la de este intelectual bohemio, gastar su tiempo en desarrollar una teoria practica para al emancipacion dle trabajador

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    1. Hola, eclO nia.

      Su vida personal es infinitamente más importante de lo que parece. Al igual que se juzgan las intenciones de cualquier predicador por su vida personal, las de Marx dicen muy a las claras si su ideología fue fruto de sus convicciones personales, si sostuvo con su vida su ideal, o no era más que una sarta de teorías mejor o peor hiladas para ganar notoriedad y alimentar su ego, o tal vez fruto de una mente aburrida. En su caso, creo que no hay lugar para duda alguna.

      Un saludo.

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    2. El quid es que Marx no fue un predicador cualquiera. Sin estar de acuerdo con su análisis, hay que aceptar que su aportación a la filosofía no es cuestionada por nadie mínimamente serio. Los predicadores (de púlpito, internet o televisión) son otra cosa.

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  7. Marx recibio dinero ademas de los Rothschild, no olvidemos que la obra de Marx fue financiada por propios capitalistas para de ese modo crear la crispacion que llevo a los movimientos obreros (liderados por lus judios) en Rusia, primera potencia mundial en la epoca y opuesta de manera energica a la creacion de la Union Europea (La Liga de Naciones) en principios de siglo y que le costo a los Romanov la vida y la creacion manipulada del comunismo, liderada por judios sionistas (Trotsky, Lenin y cia). Marx fue un pelele util a la obra de los Rotschild, bien Escondido y que la gente alaba por hacer bien al obrero y ha sido todo una gran farsa.

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    1. Se alaba porque es un genio, ¿has leido la calidad de sus textos? Y sí, hizo bien al obrero, por eso gusta a la clase obrera.

      ¿Fue un pelele? no puedo discutirte esto, tendría que informarme mejor. Pero lo importante ahora no es la persona o el motivo, son las maravillosas lecciones sobre el mundo capitalista que todos hemos heredado.

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  8. atacar a la forma y no al fondo :D

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  9. Hola. A continucación, mi opinión.

    1. Es obvio que es una persona de una gran cultura e inteligencia. Esto seguramente lo logró en parte a través de la universidad. Una persona pobre y sin acceso al conocimiento no podría nunca construir lo que construyó 'Carlos'. Por lo tanto, el haber nacido en una familia burguesa que le facilitó el crecimiento intelectual, creo, no es algo por lo que se le deba criticar.

    2. Una persona que se haya pasado 10 horas al día bajo duras condiciones climáticas picando piedra, levantando sacos, recogiendo hortalizas etc. etc. como la mayoría de la población, de la cual nos habla Karl, tampoco podría dedicarse a construir semejante obra maestra como es, por ejemplo, el capital. La gran mayoría de la población mundial no sería capaz de hacerlo ni siquiera con todo su tiempo libre y viviendo doscientos años. Por lo tanto, el dedicarse a investigar y pensar en vez de trabajar (excepto si te pagan por ello, lo cual no suele ser así si tu campo es la política/sociología y tus ideas son "políticamente incorrectas".blogspot) es una circunstancia inherente al caso que estamos tratando.

    3. ¿Hubo alguna personalidad que tuviera tanto impacto, que fuera tan admirada por sus cualidades y haya cambiado el devenir de la humanidad, la cual haya llevado una vida 'normal'? Las grandes mentes es lo que tienen, no son como nosotros, no son normales, por eso son grandes.

    4. Del haber jugado con las leyes del capitalismo y haberse aprovechado de éste, se pueden sacar dos conclusiones bastante interesantes: Que sabía como funcionaba el juego, y que era una persona humana (no un robot) y necesitaba un techo, comer y joder. Y esto amigos, es triste pero es así, generalmente no se consigue siendo un sabio.

    -Probablemente podría seguir y seguir, pero seguramente no sería leído y además no tengo tanto tiempo libre como el señor Karl. Así que dejo estos 4 puntos.-

    Saludos. Miguel.

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  10. Me sorprende que pase lo de siempre... Quienes mas entienden a los pobres, son los ricos, que nunca han vivido como ellos ni han entendido sus necesidades... Esto me parece paradójico...

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  11. Conocía en parte esta biografía de Marx. Sus teorías han sido todas un fracaso, ya que ningún país que las haya puesto a la práctica ha prosperado. Todos han quebrado o entrado en revolución. Los resultados de sus teorías llevan a la misma vida que llevó él: nadie trabaja, todos quieren cobrar, y piden prestado para acabar impagando y quebrar.

    Karl Marx es de los pensadores que más daño ha hecho a la sociedad. Aparte de Stalin (asesinó a más de 22 millones de civiles), Mao (más de 50 millones murieron de hambre), Pol Pot (un tercio de la población murió en su revolución), Hitler (recordemos que era nacional SOCIALISTA)... En fin, todo su pensamiento ha llevado un enorme sufrimiento y dolor a la población.

    Mejor hubiera sido que trabajara y sirviera a otras personas. Así al menos algo de herencia hubiero dejado a sus hijos, y no deudas y unas teorías falsas y llenas de sangre.

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  12. Es interesante leer gente que defienda el aburguesamiento de este personaje cuando es algo que los zurdos se la pasan criticando de la gente común y corriente. Además, claro, de decir que Marx fue un tipo que murió en la pobreza y todo ese discurso oxidado. Lo lamento muchachos... el aburguesamiento y la hipocresía del zurdo promedio me da asco.

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  13. El tipo fué 1 plagiador. Sus supuestas grandes obras no son tal :/

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