domingo, 18 de noviembre de 2012

Mi querida y vieja Irlanda

Supongamos un país europeo cualquiera, llamémoslo Inglaterra. Ahora supongamos que este país tiene a su espalda un larguísimo historial de persecuciones a minorías religiosas (como por ejemplo a los católicos) y que lideró el comercio de esclavos durante varios siglos. Sigamos suponiendo, imaginemos que este hipotético país es una isla, y tiene a su lado otra isla más pequeña, peor comunicada, menos poblada y, por ende, con pocas posibilidades de imponerse al primero. La pregunta sería esta: ¿Qué posibilidades hay de que este supuesto país acabe cometiendo un genocidio con los habitantes de su isla vecina?

La respuesta es exactamente 1.500.000, que es el número de irlandeses que, se calcula, murieron directamente a causa de las políticas activas de limpieza étnica llevadas a cabo por Inglaterra sobre la isla esmeralda en el siglo XIX. Mientras Dalton se dedicaba a pesar átomos y Darwing presentaba su teoría de la evolución, los terratenientes ingleses (ayudados por el ejército británico) dejaban bien claro que querían ser la especie dominante en el archipiélago.


Sin ánimo de ser exaustivo, el proceso fue el siguiente: la corona inglesa tomó por las bravas la mayor parte de las tierras cultivables, que en una sociedad preindustrializada son la fuente de riqueza mayoritaria. Luego se las entregó en propiedad a terratenientes ingleses, que emigraron con gusto para hacerse cargo de ellas y para arrendar a aparceros pésimamente pagados que, por supuesto, eran irlandeses.

Las condiciones de vida para estos campesinos eran deleznables, comparables a las de los siervos feudales de la Alta Edad Media. El siervo trabajaba las tierras del señor a cambio de una mínima retribución, y luego se iba a su propia huerta de subsistencia a cultivar patatas, y cultivaban precisamente patatas simplemente por necesidad. La Patata les permitía plantar cuatro o cinco cosechas al año, es extremadamente resistente al frío y tiene un alto aporte de calorías. En las tierras de los terratenientes se cultivaba principalmente trigo, destinado casi todo a Inglaterra.

En ese momento Dios dio la oportunidad a los Ingleses de ser generosos con sus gobernados, pues una enfermedad se abatió sobre los cultivos de patatas que quedaron arruinados casi por completo. Los ingleses, en lugar de ayudarles o simplemente quedarse de brazos cruzados aprovecharon para terminar de ahogar económicamente a los irlandeses y hacerse con las pocas tierras que aun conservaban, aprovechando la incapacidad para pagar las deudas que suelen tener los muertos de hambre.

En estas circunstancias, muchos irlandeses decidieron embarcarse y emigrar, principalmente a Estados Unidos. Las condiciones del viaje era bastante peores que las de los esclavos negros que venían de África (al fin y al cabo un esclavo es un producto que tiene que llegar en buenas condiciones para que te rinda beneficios, un irlandés que ha pagado el pasaje no es más que un bulto a estibar).

Cerca de un millón y medio de irlandeses abonaron su tierra con sus cadáveres anticipadamente a causa directa de la hambruna y de la política británica. Otro millón más emigrará, principalmente a países anglosajones para participar, como mano de obra barata, en el milagro liberal de la Sociedad Moderna. Y estos podían considerarse afortunados, ya que sus correligionarios de siglos pasados eran vendidos como esclavos en Estados Unidos (Un esclavo negro valía alrededor de 50 libras esterlinas, pero un irlandés tan sólo 5. Además, los negreros comenzaron a cruzar jóvenes irlandesas de 12-14 años con negros, para conseguir mulatos más aptos para el trabajo de campo y menos costosos que un negro, hasta que una ley del Parlamento prohibió estas prácticas por considerarlas competencia desleal). La mayoría de ellos acabaron así por haber traicionado a su rey (el inglés, se entiende) y por ser católicos.

De los pobres desgraciados de los siglos anteriores poco o nada nos ha quedado, pero la diáspora de la hambruna nunca olvidó su patria, y siguió manteniendo encendido el amor por su tierra y su cultura a través de las dificultades. Ejemplo de ello es la canción tradicional irlandesa Skibbereen, más conocida como Viejo y querido Skibbereen, que narra en forma de diálogo la historia de un padre y un hijo que se ven arrancados de su hogar, dejando su patria y la tumba de su mujer y madre allí. Termino con ella y un vídeo de la misma cantada por Ronnie Drew, no sin antes desear que la justicia divina ajuste cuentas algún día con Inglaterra, a poder ser por mediación de los irlandeses.




Poema original en inglés

O, father dear I oftimes hear you speak of Erin´s Isle
Her lofty scenes, her valleys green, her mountains rude and wild
They say it is a lovely land wherein a prince might dwell
So why did you abandon it? the reason to me tell
My son, I loved my native land with energy and pride
Till a blight came over all my crops and my sheep and cattle died
The rents and taxes were to pay and I could not them redeem
And that´s the cruel reason why I left old Skibbereen
´Tis well I do remember that bleak November (/December) day
When the bailiff and the landlord came to drive us all away
They set the roof on fire with their cursed English spleen
And that´s another reason why I left old Skibbereen
Your mother, too, God rest her soul, lay on the snowy ground
She fainted in her anguishing seeing the desolation round
She never rose, but passed away from life to immortal dreams
And that´s another reason why I left old Skibbereen
Then sadly I recall the days of gloomy forty-eight.
I rose in vengeance with the boys to battle again´ fate.
We were hunted through the mountains as traitors to the queen,
And that, my boy, is the reason why I left old Skibbereen.
Oh you were only two years old and feeble was your frame
I could not leave you with my friends for you bore your father´s name
So I wrapped you in my cóta mór at the dead of night unseen
And I heaved a sigh and I said goodbye to dear old Skibbereen
Well father dear, the day will come when on vengeance we will call
And Irishmen both stout and tall will rally unto the call
I´ll be the man to lead the van beneath the flag of green
And loud and high we´ll raise the cry, "Revenge for Skibbereen!"


Traducción al castellano
(de mi cosecha)

Oh, padre querido, a veces te escucho hablar sobre la isla de Eire [Irlanda]
Sus majestuosas vistas, sus verdes valles, sus montañas ásperas y salvajes
Dicen que es una tierra encantadora digna de un príncipe
Entonces ¿por qué la abandonaste? Cuéntame la razón

Hijo mío, amaba mi tierra natal con energía y orgullo
 Hasta que una plaga arrasó todos mis cultivos y mis ovejas y ganado murieron
Tenía que pagar rentas e impuestos y no pude cumplir
Y ese es el cruel motivo por el que dejé el viejo Skibbereen.

Recuerdo bien aquel sombrío día de noviembre (/diciembre)
Cuando el aguacil y el terrateniente vinieron para echarnos a todos
Prendieron fuego al tejado con su maldita ira inglesa
Y esa es otra razón por la que abandoné el viejo Skibbereen

Tu madre también, Dios la tenga en su Gloria, yace en la helada tierra
 Se desmayó en su angustia, viendo la desolación alrededor
Nunca se levantó, y dejó esta vida por la del sueño inmortal
Y esa es otra razón por la que abandoné el viejo Skibbereen

Entonces recuerdo tristemente los días de aquel lúgrubre ochenta y cuatro
Me rebelé con los muchachos para enfrentarnos al destino.
Fuimos cazados en las montañas como traidores a la reina
Y esa, hijo mío, es la razón por la que dejé el viejo Skibbereen.

Oh, tú sólo tenías tres años y tu cuerpo era débil
No pude dejarte con mis amigos porque llevabas el apellido de tu padre
Así que te envolví en mi abrigo ocultos por el crepúsculo
Y lancé un vistazo y dije adiós al querido y viejo Skibbereen

Bueno, padre querido, llegará el día en el que clamaremos venganza
Y robustos y altos irlandeses acudirán a la llamada
Lideraré la vanguardia bajo la bandera verde
Y alto y claro rugiremos, "¡Venganza para Skibbereen!"
 Fëanar

1 comentario:


  1. ÚLTIMA CARTA ESCRITA Y DIRIGIDA A SU MADRE EN LOS CUARTELES DE ARBOUR HILL, EN DUBLIN
    Estamos preparados para morir y moriremos con alegría y orgullo. Personalmente no espero o incluso no deseo vivir, pero sí espero y deseo y creo que las vidas de todos nuestros seguidores serán salvadas incluidas las vidas estimadas por usted y yo (excepto la mía propia) y esto será un gran consuelo para mí al morir. Usted no debe afligirse por todo esto. Hemos preservado el honor de Irlanda y el nuestro propio. Nuestras hazañas de la última semana son las más espléndidas de la historia de Irlanda. La gente ahora dirá cosas duras de nosotros, pero seremos recordados por la posteridad y seremos bendecidos por las generaciones que aún no han nacido. Y le bendecirán también a Usted por ser mi madre. Si usted siente que quisiera verme, yo pienso que le permitirán visitarme presentándose en el Cuartel General del mando irlandés, cerca del Parque. Espero tener otra oportunidad de escribirle. Amor a W.W., a MB., a la Srta. Byrne,… y a Usted misma estimada.
    PATRICK HENRY PEARSE

    http://circuloviriato.blogspot.com.es/search?updated-max=2012-10-19T10:22:00-07:00&max-results=7&start=21&by-date=false

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