domingo, 18 de septiembre de 2011

Los moradores originales

-->Imagina que un día, al llegar a casa, descubres que tu padre ha invitado a un vecino al que creía su amigo a entrar y que, contra todo pronóstico, ese vecino decide quedarse a vivir ahí. Sin embargo, no solo ha convertido en su vivienda tu hogar, sino que se ha autonombrado dueño, señor y regidor de la misma; lo cual incluye las vidas de tu padre, madre, hermanos y, por supuesto, de ti mismo. Ese vecino, por cierto, parece que se excita cuando ve a tu madre y, aunque ya tiene una esposa, como es el mandamás de tu casa, decide degollar a tu padre (una forma fácil de afianzar su dominio) y violar a tu madre.


Por supuesto, como a tu dueño no le gusta la decoración del que fuera tu hogar, ha sustituido los cuadros que tanto gustaban a tu madre y las fotos de tus abuelos por sus propias fotos (recuerda cuando tu hermana protestó y a punto estuvo de morir cuando vuestro dueño le “puso en su sitio”: la libertad de expresión ya no existe en tu casa, no lo olvides). Y tu habitación… bueno, al menos podrás seguir durmiendo en ella mientras continúes dándole la mitad de tu sueldo a su nuevo dueño… Vaya, ahora es un poco más de la mitad… Y, por supuesto, ya puedes olvidarte de vestir esos vaqueros y esas camisetas que tanto te gustan, porque bajo las órdenes del que fuera tu vecino, tendrás que vestirte como él te ordene y con lo que a él le parezca adecuado. Jamás volverás a comer ningún tipo de comida que a tu nuevo dueño le disguste ni beberás nada que a tu nuevo señor le resulte inapropiado. Ya no puedes salir a la calle si no es a unas horas determinadas y estrictamente controladas por tu dueño, no volverás a pisar esa discoteca ni a bailar, pues a tu nuevo señor le repugna, y sin duda, jamás volverás a reunirte con tus amigos: ellos deben morir para ti o tú morirás por ellos (y tienes motivos para creer que esa amenaza pueda llegar a más, me temo).

Piensa en tu hermano, ¿lo recuerdas? El pobre no soportó más la presión y decidió que si no era capaz de vencer a su enemigo, lo mejor sería unirse a él, y parece ser que no le va tan mal, solo que algunos días no es capaz de sentarse… Y tu hermana, la pobre niña rebelde cuya nuca estaba más morada que el cuerpo de tu madre, ella tomó una decisión distinta: resistir.

En el piso de al lado viven algunos buenos amigos y parientes de tu padre que pueden proporcionar el apoyo y las fuerzas necesarias para luchar por recuperar tu hogar. Tu dueño es sin duda consciente de ese nuevo peligro y, en más de una ocasión, ha tratado de forzar la puerta del piso de tus parientes y arrasarlo del mismo modo que hizo con tu hogar, pero sin resultados positivos… Y bien, dime, ¿tú qué decisión tomarás? ¿Seguirás el ejemplo de tu hermano o te unirás a la resistencia de tu hermana?...


Bienvenido al origen de La Reconquista.



Arwing Rox

2 comentarios:

  1. me gusta como está escrito...ahora, la frase final "Bienvenido al origen de La Reconquista"... me parece q tiene mucha fuerza (hablando de estilo narrativo) y es algo dificil de conseguir al escribir... congratz!!

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  2. Yo estar MUY de akuerdo con palabros de tú. Yo ser Ibero pagano muy previo a la invasión medieval de los kristianos askerosos como tú la familia de tú. Yo unirme a la resistencia de mandarles a tomar por el kulo a todos vosotros besakruces. Gracias a tú por las palabros de inspiración. ¡¡¡¡Expulsión de los inmigrantes kristianos!!!!

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