domingo, 23 de diciembre de 2012

Sacrosanta República

La república no es tan sólo la posibilidad de elegir al máximo líder de una nación, sino la constatación última del triunfo del liberalismo y la entronización de la libertad en el altar de Dios. En España, además, tiene una fuerza simbólica tan arrolladora que sólo la monarquía católica puede oponérsele. 

La república es un símbolo de lo que se pretende, una bandera que se ondea en las narices de la sociedad española avisándola de que ésta no es lo que debería ser (lo que ellos creen que debería ser) y advirtiéndola de que están dispuestos a cambiarla a cualquier precio. 

No sólo es que satisfaga el ego herido de todos y cada uno de los republicanos que, sin importar su condición, albergan la esperanza del poder absoluto porque sobre el papel es posible que cualquiera sea presidente y consideran que un rey estaría por encima suyo en dignidad, sino que representa la puerta abierta a un mundo nuevo, un paraíso terrenal al que tienen derecho, sin importar cuantas veces se haya intentado y haya fracasado. Con una monarquía católica nunca conseguirían imponerse, pero con una república liberal… Vive la révolution! 

Los republicanos radicales de los años treinta son los mismos que los de ahora. Los que hablan mal del rey con educación tomando un café y los que exigen su cabeza por la calle, ambos, en el fondo, aspiran a lo mismo, aunque algunos no se atrevan a llegar tan lejos como los otros. Tienen las mismas ideas, los mismos prejuicios y los mismos dogmas, la única diferencia son las circunstancias. Los segundos son especialmente peligrosos. Cambiad a un sindicalista de 1934 por un manifestante por la república actual y lo único que desentonará será el megáfono. Quitádselo y dadle un fusil y veríais como reparte libertad por los cuatro costados. 

La república es el paso definitivo hacia la lucha abierta, pues requiere, al menos en España, una apostasía manifiesta y procurada desde el poder: no puede haber una república verdaderamente católica, de la misma manera que no puede haber una monarquía que no lo sea al menos en sus raíces más profundas. Hay que elegir, puesto que no se puede entronizar a la diosa razón y a Cristo, o tener como valor absoluto la igualdad y la justicia a la vez. Son elementos diametralmente opuestos. 

Cada vez que se proclamó la república en España acabamos a tiros por cuestiones más profundas que un quítame allá esta constitución. Se trataba de elegir en qué mundo queríamos que viviesen nuestros hijos, bajo qué estandarte queríamos luchar y a quién queríamos consagrar nuestros corazones. Hoy la pregunta es la misma ¿Merece nuestra devoción la diosa república hecha mujer? ¿Es digno de nuestro sacrificio el triple lema de “libertad”, “igualdad” y “fraternidad”?  

Porque el dilema entre monarquía y república es así de sencillo. En este país no hay término medio ni nunca lo habrá: no nos valen soluciones pactadas al estilo Amadeo de Saboya: o rey y catolicismo o república y liberalismo y, justo detrás, marxismo. Y si no, al tiempo.

Fëanar

4 comentarios:

  1. la II República fue ilegal y tras unas elecciones municipales que encima perdieron los izquierdistas que la impusieron
    La república significo la guerra civil la lucha de unos contra otros en guerra fratricida.
    La república es económicamente costosísima y políticamente no aportaría más que la satisfacción de uno de los bandos.
    La izquierda radical que tenemos en España solo merece una derecha igual de radical

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  2. Hola Tacyto.

    De acuerdo con tu valoración de la república. El problema es que lo que ellos se merecen no es lo que se merece este país.

    Un saludo.

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  3. Un republicano puede amar España igual que un monarquico, no nos equivoquemos con los terminos ni dejemos que los sentimientos nublen la razón. La relación República = Izquierda radical no es acertada y no podemos basarnos unicamente en la experiencia tan dolorosa que sufrió este país.

    Enhorabuena por el articulo.

    Un abrazo,

    Manuel.

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  4. Hola Anónimo.

    Un republicano si puede amar España, pero ciertos republicanos no, porque España representa todo contra lo que han luchado.

    La república puede no estar originada por el marxismo (o izquierda radical) y si por el liberalismo (como pasó con la primera), pero es un régimen inestable en este país y tiende rápidamente hacia el enfrentamiento civil, como pasó ya por dos veces. El rey, en ese sentido, es la última garantía para evitar el enfrentamiento.

    Un saludo.

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